El acuerdo entre el PSC y ERC para que Salvador Illa salga investido presidente de la Generalitat implica una cesión fiscal, por parte del Estado a la región catalana, sin precedentes tras la aprobación de la Constitución. El documento apoyado por los dos partidos catalanes cuenta también con el aval del Gobierno central, de modo que lo acordado por Salvador Illa tiene el beneplácito de Pedro Sánchez. La Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) tiene que ser profundamente modificada para recoger novedades tales, como que Cataluña sale del régimen común, la creación de una Agencia Tributaria propia que va a gestionar, liquidar, recaudar e inspeccionar todos los impuestos, y el aumento sustancial de la capacidad normativa fiscal catalana, o que la Generalitat practicará una solidaridad fiscal «limitada».

La caja común queda rota. Los asturianos podremos quedarnos con el 50% del IRPF o del IVA (los dos impuestos que más recaudan), mientras que los catalanes se llevarán el 100%. Si hablamos del tercer impuesto que aporta más dinero a la Hacienda, el Impuesto de Sociedades, la diferencia es aún mucho mayor: los asturianos no recibiremos ni un euro, mientras que los catalanes se quedarán con el 100% de la recaudación. En cuanto a la cuarta fuente de ingresos, los Impuestos Especiales (tabaco, alcohol, hidrocarburos), nos tocará el 52%, pero ellos disfrutarán del 100%. Pronto empezarán a gozar de un sistema fiscal injusto y desequilibrado. En el primer semestre del próximo año se harán ya cargo del IRPF.

El texto del acuerdo es humillante hasta en sus detalles. PSC y ERC aseguran que Cataluña está infrafinanciada y que, hasta ahora, aportó tantos recursos al sistema de financiación autonómica que «supera con creces» lo que responde a un sistema solidario. Como Cataluña sufre «una insuficiencia financiera crónica», para remediarlo, socialistas e independentistas acordaron que el Estado tiene que compensar inmediatamente a su tierra de los desequilibrios causados por el actual sistema de financiación. Otra montaña de dinero camino de Cataluña, a los pocos días de anunciar el Gobierno el envío los 1.520 millones por las cercanías ferroviarias catalanas (‘rodalies’). La pelota está en el tejado del Principado y la FSA. Ya no valen trucos, ni evasivas, ni alusiones extemporáneas a la derecha. O rechazan el atropello perpetrado para lograr la Presidencia de Illa o pasarán a la historia con la etiqueta de ‘colaboracionistas’.