Tras la victoria de los ganaderos al lograr que en el Congreso de los Diputados se mostrara una mayoría favorable a retirar al lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), el presidente del Principado alabó el plan de gestión del lobo asturiano, que compatibiliza dos objetivos: controlar la especie y posibilitar la existencia de la ganadería extensiva.
Hay una evidente antinomia entre las dos formulaciones. Si se quiere apoyar la ganadería extensiva, sin ambages, con el ganado saliendo a pastar muchos días, lo más conveniente sería expulsar a los lobos de la zona o eliminarlos. Igualmente, si se pretende controlar a la especie en unas proporciones parecidas a las actuales, o algo menores, no queda otro remedio que asumir la pérdida de miles de animales domésticos cada año. Quiero decir que el equilibrio entre la población lobuna y la ganadería extensiva es muy difícil de alcanzar, por no decir, prácticamente, imposible. Al definir el plan del lobo, hay que tener claro que se busca el equilibrio entre dos bienes que no demandan la misma protección, ya que el ganado doméstico es prioritario. Por eso Adrián Barbón reconoció que «no podemos dejar abandonados a los ganaderos».
Hace tres años y medio, cuando se incluyó al lobo entre las especies de especial protección, lo que se hizo fue poner al cánido por encima de los intereses de los ganaderos. Un equipo ministerial muy ideologizado, como el formado en torno a la exvicepresidenta, Teresa Ribera, pretendía que lobos y ovejas convivieran, como si fuese posible una coexistencia armónica. Nunca llegaron a expresarlo, pero querían normalizar el trueque de reses muertas por dinero. Una fórmula, la de las indemnizaciones de la Administración pública a los ganaderos, que se aplica en otros países, pero con el matiz diferencial de querer verlo como algo sensato, correcto, inevitable, sin posible réplica por parte de los titulares de las explotaciones. Como si fuese un sacrificio que debían asumir los ganaderos para mantener el ecosistema. Recibían una compensación monetaria y punto final.
Barbón adelantó que el diez de abril se reunirá el comité asesor del Plan de Gestión del Lobo para volver al sistema de cuantificar cuántos lobos se van a eliminar, en qué zonas o de qué manadas. Ojalá no haya problemas, pero tengo presente que, en el Congreso de los Diputados, PSOE y Sumar votaron en contra de los intereses de los ganaderos, con los diputados asturianos de ambos grupos incluidos.