En la Audiencia Provincial de Oviedo tuvo lugar la segunda jornada del juicio contra Francisco Álvarez-Cascos, acusado de un delito continuado de apropiación indebida. Ante el tribunal prestó declaración el acusado, que ya había sido interrogado en la primera jornada, la alcaldesa de Gijón y presidenta de Foro, Carmen Moriyón, y Enrique Lanza, miembro de la dirección de Foro.
Las respuestas de Cascos no añadieron nada especialmente significativo a lo ya depuesto en la primera jornada: no tuvo poderes ni firma para manejar las cuentas, jamás poseyó tarjetas, pagaba los gastos y luego entregaba las facturas a Rosario Cabal (contable). El político gijonés afirmó que todos los gastos se conocían en la comisión directiva, donde jamás se negó una información a nadie. Como se puede ver, se repitieron las preguntas y las respuestas de la primera sesión.
El mayor interés de la jornada estaba puesto en el interrogatorio a Carmen Moriyón, al ser la presidenta del partido y la dirigente de Foro que tiene, con gran diferencia, el cargo institucional más importante. Moriyón dijo que «todo pasaba por Álvarez-Cascos en todos los órdenes». A la insinuación del fiscal sobre el carácter presidencialista del liderazgo de Cascos, Moriyón confirmó: «sistema totalmente presidencialista»; para que no hubiera dudas: «aunque no fuera el presidente, él decidía y dirigía todo». La alcaldesa de Gijón contó cómo la lectura de los gastos contabilizados en Foro permitía «seguir la vida que hacía el señor Álvarez-Cascos desde la mañana hasta la tarde: primer café de la mañana, un cargador en los chinos, la compra ordinaria de la casa». Desde una perspectiva mediática ese tipo de datos son los más impactantes. Todo el mundo toma cafés, compra cargadores y visita el ‘súper’. A cualquiera le gustaría realizar esos consumos gratis. Para lo que se está juzgando, creo que esos gastos constituyen un tema menor, primero porque sumados todos, la factura se queda en 7.793 euros. Una cantidad que, dividida entre los años en que mandaba Cascos, resultan a mil euros anuales o menos. Por no entrar en el vidrioso tema de los gastos de representación, donde cualquier político de un cierto relieve (presidentes y consejeros de gobiernos autonómicos, portavoces parlamentarios, alcaldes) paga con cargo a la institución pública donde trabaja cantidades muy superiores.
La cuestión está en esclarecer la famosa sede de Foro en Madrid que costó al partido cerca de 180.000 euros. Moriyón fue rotunda: la sede «nunca existió».