A petición del PP y Vox se celebró un pleno extraordinario en la Junta sobre la respuesta del Gobierno regional a la tuberculosis bovina que afecta con dureza a las explotaciones ganaderas de Tineo. Mientras Gobierno y oposición discutían, los ganaderos, a las puertas del Parlamento, también se hacían oír. El consejero de Medio Rural, Marcos Líndez (alcalde de Tineo durante nueve años), expuso los mismos argumentos que en la reciente reunión que tuvo en el polideportivo de la villa tinetense con más de mil ganaderos. Por responsabilidad aplica el nuevo protocolo: si en el test las reses dan positivo se las sacrifica, a diferencia del antiguo que contemplaba una segunda prueba para cribar los falsos positivos. Líndez expuso la situación con crudeza al decir que la extensión de la tuberculosis bovina implica riesgos para la salud pública. Puso como referencia la repuesta del Principado ante el coronavirus. No sé si es muy acertado comparar la estrategia seguida ante la pandemia de hace cinco años con lo que sucede, ahora, en la ganadería bovina. Además, la respuesta asturiana, entonces, fue la misma que en el resto de comunidades autónomas: en Asturias hubo una afectación baja en la primera ola, pero en la segunda se duplicaron de largo el número de fallecidos. Líndez criticó al PP y Vox por politizar el problema.
La oposición acusó al Principado de actuar de forma desproporcionada, pero sin hacer un control de la fauna salvaje, potencial agente de propagación de la enfermedad. Luis Venta (PP) negó que hubiera un problema de salud animal o de salud pública. A su entender lo que está en juego es el futuro de Tineo. Para Carolina López (Vox), la actuación del Principado es una estocada para el campo.
No hay un punto de encuentro y, en este caso, no se puede culpar a la dichosa polarización. La discrepancia se reduce a optar por el protocolo antiguo o el nuevo. La inmensa mayoría de los ganaderos, la totalidad, quieren un segundo test y Medio Rural aplica la norma nacional que se guía por el primer positivo para sacrificar la vaca. Sólo se puede suavizar la normativa nueva, con fuertes compensaciones para el ganadero, como las expuestas por Venta: dejar de tributar las indemnizaciones por seguros pecuarios, las ayudas por sacrificar reses, la venta de los animales sacrificados, etc. Muy buenas intenciones, pero con la burocracia por el medio, puede quedar en un bello deseo. Cuando se habla de la tormenta perfecta, siempre pienso que se refieren al campo asturiano.