Los contribuyentes asturianos han optado, en el último ejercicio, por las transmisiones patrimoniales en vida (donaciones), en mayor medida que en años anteriores. En 2023 hubo 2045 donaciones y en 2024 la cifra aumentó de forma significativa hasta los 3.445. Un incremento del 68% no puede ser casual. El tipo reducido del 2%, que se venía aplicando para los primeros 10.000 euros de la donación, se extendió hasta los 150.000 euros. La respuesta fue inmediata por parte de los contribuyentes. Una vez más se ha cumplido el axioma: los agentes responden a los estímulos. Los incentivos fiscales funcionan siempre. Se aproxima el tratamiento fiscal en las relaciones padre-hijo de las donaciones, al que hay en esa relación de parentesco en las sucesiones. Se dio otro fenómeno positivo que ocurre en las figuras fiscales cuando tienen tipos impositivos altos o muy altos. En 2023, antes de introducir la reforma, por la vía del Impuesto de Donaciones se habían recaudado en Asturias, 5,9 millones. En 2024, una vez extendido el tipo mínimo hasta los 150.000 euros, la Hacienda autonómica ingresó 7,2 millones.
No es cierto el latiguillo de la derecha, cuando dice que si se bajan impuestos siempre se recauda más. Si fuera así, Rajoy no hubiera procedido a una subida generalizada de tributos cuando llegó al poder, en 2011, en plena crisis financiera. Ahora bien, tampoco es cierto que toda subida fiscal conlleva más ingresos, como asegura la izquierda. Depende de la fase en que se esté del ciclo económico. Hay subidas calamitosas para la actividad económica, y en consecuencia para el empleo, que frenan la inversión y transmiten un mensaje de desconfianza entre los consumidores. El Principado tiene 1,3 millones más en caja porque bajó los tipos en Donaciones.
El pasado año un 21,8% de los ciudadanos renunciaron a las herencias. En 2023, las renuncias llegaron al 23,3%. Un ligero descenso. No obstante, Asturias sigue liderando el ránking de las renuncias, con La Rioja, Andalucía y Murcia en puestos destacados. Hasta la fecha, los argumentos aportados por el Principado para justificar el abultado porcentaje de renuncias oscilan entre lo anecdótico y lo disparatado. El más hilarante es el que sostiene que en Asturias muchas de las personas que fallecen están endeudadas y por eso aceptar la herencia sería asumir una carga. ¿Por qué van a estar los ancianos asturianos más endeudados que los catalanes, andaluces o gallegos? Si el Principado rebaja los tipos, caerán las renuncias.