José Blanco afirma que los impuestos en España son muy bajos y que es preciso elevarlos para poder financiar los servicios públicos y la red de infraestructuras. Según el alto dirigente socialista, la base impositiva española es insuficiente para cubrir las necesidades planteadas. Como se trata de la opinión de un ministro del Gobierno que ocupa el número dos en la jerarquía interna del PSOE, hay que entender la declaración como el heraldo de una inminente subida de impuestos, que se concretará en el mes de septiembre y tendrá validez en los Presupuestos Generales del Estado del año 2011.
Hay un punto en el que no queda otro remedio que darle la razón al ministro de Fomento: los ingresos fiscales son insuficientes para hacer frente al actual nivel de gasto. Sin embargo, de ese enunciado no cabe colegir que los impuestos en España sean bajos. Puede José Blanco comparar el gravamen del Impuesto de Sociedades con el resto de países de la UE, y verá qué descaminado anda en sus valoraciones. Hace tres años, con unos impuestos más bajos que en la actualidad, al Estado le sobraba dinero para costear todo tipo de planes, hasta el punto de financiar la construcción de más kilómetros de AVE que ningún otro país del mundo. Si ahora la situación ha dado un giro radical no es porque tengamos unos impuestos bajos, sino porque padecemos el nivel de desempleo más alto de toda la OCDE. Con un 20% de paro, cualquier Hacienda pública sufre anorexia. Los ciudadanos a quienes piensa José Blanco subirles los impuestos ya pagan más dinero que en los últimos años.
El Gobierno ha procedido a la mayor subida de impuestos de la democracia a finales de 2009. En las primeras semanas del verano tocó elevar los tributos a las comunidades autónomas (en Asturias, cinco impuestos y tasas), y ahora José Blanco da a entender que pronto habrá otra subida a cargo del Gobierno. Mientras tengamos un 20% de paro, cualquier reforma fiscal será insuficiente para financiar los servicios públicos y la construcción de infraestructuras. Es preciso revisar el nivel de gasto, evitando dar por buena cualquier decisión del pasado. Todo se debe acomodar al actual nivel de riqueza o pobreza del país. Es absurdo mantener un tipo de prestaciones que no nos podemos permitir. Con un nivel de consumo tan bajo como el actual hay que ser muy cautos antes de aprobar una subida fiscal.