El Ministerio de Economía manifiesta que la única reforma fiscal que hay en estudio es la subida de impuestos a los ricos, siguiendo las indicaciones de José Luis Rodríguez Zapatero. La reflexión de José Blanco sobre la baja presión impositiva que existe en España y la necesidad de elevar los gravámenes para acomodar la recaudación fiscal a los servicios públicos no encuentra eco en Economía. ¿A qué nos debemos atener?
La intromisión de José Blanco -bajo la forma de opinión personal- en asuntos que atañen al núcleo duro de las competencias de Elena Salgado es el último episodio de las luchas internas del Gobierno para ganar posiciones de cara a la próxima remodelación ministerial. El ministro de Fomento se sabe hombre fuerte del Ejecutivo y pretende ocupar, en breve, el papel que durante seis años desempeñó Teresa Fernández de la Vega, que vive el verano más anónimo de su etapa gubernamental. Chaves ha sido una experiencia fallida y Elena Salgado nunca pasó de ser un apéndice de la Presidencia del Ejecutivo. Queda Pérez Rubalcaba, pero el ministro del Interior está centrado en un alto cometido: otorgarle a Zapatero el único triunfo que podrá mostrar ante la campaña de las elecciones generales. Para completar el cuadro digamos que Leire Pajín ha perdido pie, y la talla del vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento se ha agigantado. José Blanco ha hablado de impuestos, pero cualquier día lo hace de educación o de la reordenación bancaria. El poder tiene muchas caras.
Subir impuestos a los ricos es una consigna con más plástica que sustancia. ¿Quiénes son los ricos? ¿A partir de qué nivel le colgamos esa etiqueta a un contribuyente? La otra formulación de Zapatero, «subir los impuestos a las rentas más altas», tampoco añade precisión; está por definir el umbral de las rentas altas. Tampoco sabemos si el Gobierno proyecta aumentar el tipo impositivo del IRPF a partir de determinado nivel, o si también quiere recuperar el Impuesto sobre Patrimonio o cambiar el régimen fiscal de las Sicav. Recapitulemos: en otoño se aprobará una (otra) subida fiscal; los impuestos a modificar no están decididos porque depende de la respuesta del público ante el globo sonda lanzado por José Blanco; los análisis de Elena Salgado son sustituidos por encuestas que interpreta el poder, donde ella no habita.