Previa deliberación del Consejo de Ministros, el Rey ha otorgado la Gran Cruz de la Real Orden de Carlos III, a título póstumo, a los presidentes del Principado Antonio Trevín, Sergio Marqués y Álvarez Areces. Es un acierto condecorar a las personas que hicieron una tarea valiosa por nuestra tierra, con independencia de su cometido, tanto sean políticos, como profesionales de las más diversas actividades. En este caso me parece de justicia premiar públicamente la trayectoria de los condecorados.

Los tres gobernaron sucesivamente, formando sus mandatos un periodo de dieciocho años (1993-2011) que conoció las mayores convulsiones de la etapa autonómica y, a la vez, fue el más fructífero. Trevín sólo estuvo dos años al frente del Principado. El escándalo del ‘petromocho’ hizo que abandonara precipitadamente el Ayuntamiento de Llanes y se convirtiera en la máxima autoridad regional. Asturias había tocado fondo. En los dos anteriores años se habían perdido 22.000 empleos en la industria pública y, para rematar, llegó el engaño del ‘petromocho’. Trevín era un ciudadano normal, no había distancia entre persona y personaje, y no dudó en contradecir al Soma, que era el mayor poder fáctico de la comunidad autónoma. José Ángel Fernández Villa, el asturiano que acumulaba más poder, intentó que Trevín no tuviera otro mandato, propiciando la candidatura de Luis Martínez Noval. Al final, Trevín fue a la batalla electoral sin el apoyo del aparato y perdió, dejando a salvo su dignidad.

Le sucedió Sergio Marqués, el único militante del PP asturiano que estuvo al frente del Principado. Marqués presidió el Gobierno más austero de la democracia, con sólo seis consejeros; sufrió el injusto acoso del aparato del PP nacional, liderado por Cascos, que lo expulsó del partido sin justificación. Marqués logró evitar el disparate de ver a Asturias gobernada por unos señores que tenían como principal virtud la obediencia al aparato. Marqués salvó la dignidad del Principado.

Areces también sufrió una operación de acoso y derribo en su primer mandato, dirigida por el líder del Soma. Pero resistió. A partir de ahí dio un nuevo impulso a la región, construyendo dos autovías, asumiendo las competencias de sanidad y educación, erigiendo el HUCA, liderando la ampliación de El Musel, aprobando planes de reactivación económica (Plan ‘A’, Plan Complementario para la reactivación de las Comarcas Mineras), etc. Otros nos representaron, Areces aportó valor añadido.

Los tres se rebelaron.