AZNAR Y RAJOY | LARGO DE CAFE - Blogs elcomercio.es >

Blogs

Juan Neira

LARGO DE CAFE

AZNAR Y RAJOY

El congreso nacional del PP, en Valencia, tendrá lugar sin sobresaltos, al estar su desarrollo encauzado desde que el sector crítico desistió de presentar una alternativa. La incertidumbre en los congresos tiene que ver con la elección de los dirigentes y en este caso no habrá dos candidaturas disputándose el voto de los delegados. En consecuencia, el congreso tiene dos posibles ganadores: Mariano o Rajoy.
Los tres meses que antecedieron a la cita de Valencia conocieron el debate más duro habido en el seno de la derecha, desde el año 1989. El intento de Mariano Rajoy de presentarse a la reelección como presidente del partido fue duramente contestado desde medios de comunicación afines al PP, que pusieron las derrotas de Rajoy en las dos últimas elecciones generales como impedimento para seguir ejerciendo el liderazgo en el partido. Rajoy debía de irse. Al sucederse una catarata de hechos, dimisiones, abandonos, declaraciones, etcétera, se olvida cómo empezó todo. Pues bien, recordémoslo: con el PP callado y un par de periodistas diciendo que Rajoy ya había traspasado la fecha de caducidad.
Sin perder nunca la dimensión personalista -la conveniencia del liderazgo de Rajoy-, el debate adquirió un mayor calado cuando el presidente del partido desgranó ante la Junta Directiva Nacional del PP el análisis de las elecciones, sugiriendo que la victoria socialista había sido facilitada por el rechazo que suscitaba el discurso del PP en algunas comunidades autónomas de fuerte impronta nacionalista. Rajoy puso el dedo en la llaga: los 25 diputados del socialismo en Cataluña se deben a votos prestados de otras formaciones que recalaron en el PSC por miedo al PP. A partir de este análisis, Rajoy ligó su futura candidatura a la Presidencia del Gobierno con una reorientación de la línea política del partido: la moderación centrista y la apertura al diálogo con los partidos nacionalistas de derechas (PNV y CiU).
En ese momento empezó la contestación de los dirigentes del partido, iniciada por Esperanza Aguirre con un brillante discurso en la sede del diario, ABC («no me resigno»), en el que pedía un rearme ideológico del PP. Se sumaron otras voces con más pretensión de dañar que de argumentar, tildando de «traición» el giro propuesto por Rajoy.
Situarse políticamente
Las tesis de Rajoy invitaban a un debate político de altura, que cada cierto tiempo reaparece en la derecha, al tener que posicionarse, simultáneamente, frente a la izquierda y al Estado de las Autonomías. Pero el sector crítico rehusó el debate para poner en práctica una estrategia de desestabilización, muy bien planificada, que consistía en tomar la iniciativa cada semana a partir de la sorpresa del lunes por la mañana: abandono de Zaplana, renuncia de María San Gil, carta de Elorriaga, abandono de Acebes, etcétera. Una operación de acoso y derribo diseñada para erosionar el ánimo de Rajoy. Fruto de todo ello tomó un protagonismo excesivo la organización del PP del País Vasco, y quedó en segundo término la esencia del debate: por qué se perdieron las elecciones, qué rumbo debe tomar el partido de la derecha.
El debate, en sus bases conceptuales, lo retomó ayer Aznar ante los delegados del congreso, con una intervención muy cuidada, que tuvo tanto de reivindicación del pasado como de guía hacia el futuro. El ex presidente del Gobierno citó a cinco militantes, entre vivos y muertos, del PP vasco, para subrayar el grado de identificación emocional que tiene con la lucha antiterrorista. Y a partir de aquí, expuso un discurso nítidamente político, en el que quiso deshacer el mito del centro político: «Sigo sin comprender el centro como final imposible de un viaje interminable. Estamos en el centro desde 1989». La supuesta intolerancia de los gobiernos del PP quedó rebatida por Aznar, al desgranar todos los acuerdos a los que había llegado cuando estaba en el poder. Sin nombrar a los nacionalismos, Aznar puso condiciones para entenderse con ellos: el reconocimiento de la nación y la igualdad de los ciudadanos. Frente a las alianzas del PSOE, afirmó que «nunca nos movimos en la periferia de la Constitución».
El alineamiento de los dirigentes del PP en dos bandos quedará sancionado cuando todos los nombres importantes de la vieja guardia, con la excepción de Javier Arenas, queden fuera del nuevo equipo de Rajoy. El último en rechazar la oferta fue Ignacio Astarloa. El congreso no deja margen para muchas sorpresas, pero el debate sobre la estrategia del PP está lejos de cerrarse: el centro y los nacionalismos volverán a salir a colación en cuanto el partido tenga dudas.
«Mito del centro»
Cuando gobernaba, Aznar no fue ajeno al «mito del centro», y en la primera legislatura emprendió un viaje a ese lugar imposible, al relevar a Miguel Ángel Rodríguez por Piqué, en el cargo de portavoz del Gobierno. En cuanto a los nacionalismos, también llegó a pactos y acuerdos, que no siempre fueron ajenos al terrorismo, como el acercamiento de presos al País Vasco. Ahora bien, Aznar hizo todo eso desde el poder, no lo anunció desde la oposición. En cuanto gozó de una situación más sólida (segundo mandato) dejó de hablar catalán en la intimidad y se acabaron los contactos con el nacionalismo vasco.
Aznar ganó las elecciones en el mes de marzo de 1996, sin hacer concesiones, a través de una oposición frontal contra el Gobierno de Felipe González. Y Rajoy propone un modelo de oposición más dúctil en las formas y poco conflictiva con los nacionalismos. Cuando tuvo que asegurar una mayoría parlamentaria para gobernar, Aznar se entendió con Pujol y sacrificó a Vidal-Quadras, la figura emergente del PP catalán. Una línea política de ese tipo insinúa Rajoy, pero tiene una legislatura por delante y aún no ha batido al socialismo en las urnas.
Es una cuestión de tiempo y expectativas. En el año 1993, tras perder las elecciones generales, Aznar tenía 39 años y Felipe González iniciaba su cuarta legislatura, erosionado por tantos años de estancia en la Moncloa. Hoy, Rajoy tiene 53 años y Zapatero está en el inicio del segundo mandato. Como el electorado le dio la espalda a Rajoy, el líder del PP está dispuesto a anticiparse y picar en la espalda al electorado.

Temas

por JUAN NEIRA

Sobre el autor


junio 2008
MTWTFSS
      1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30