Ana Rosa Migoya reconoce que el Principado había preparado el traslado del Instituto de la Mujer a Gijón, aunque el Consejo de Gobierno no llegó a tomar esa decisión, decantándose al final por mantener la sede en Oviedo. Aquí hay que hacer una distinción básica entre el Consejo de Gobierno, como órgano colegiado, y la Consejería de Presidencia y sus organismos dependientes. La Consejería de la Presidencia preparaba el traslado, que iba a realizarse en una fecha inminente (1 de septiembre), y a última hora el Consejo de Gobierno dio marcha atrás. El traslado a Gijón no era una mera posibilidad ni una hipótesis de trabajo, era un hecho cierto y cercano, pero el Consejo de Gobierno, por razones que están aún sin explicar, dio marcha atrás. Entre las competencias del Consejo de Gobierno está rectificar decisiones tomadas por una Consejería concreta, pero lo que no se puede poner en duda es el cambio. Hace unas semanas, el personal del Instituto de la Mujer estaba advertido sobre el traslado de su puesto de trabajo a la Casa Malva de Gijón, y ahora Ana Rosa Migoya explica que irán al Palacio de Congresos de Oviedo.
Dado que el Gobierno no desvela la razón del cambio de planes, no queda otro remedio que ensayar explicaciones. La hipótesis más plausible está relacionada con el Ayuntamiento de Oviedo. En el último año, el alcalde de la capital ha desempolvado su viejo discurso del “cerco de Oviedo”, y los socialistas han tratado de contradecirle exponiendo las cifras de las inversiones del Principado en la capital, sin lograr que sus argumentos calaran entre los ovetenses. Se ha abierto una brecha entre el Principado y la capital, cuya prueba más evidente es el pobre resultado electoral cosechado por la candidatura de Álvarez Areces en Oviedo. Un asunto puntual, como la subvención del Gobierno central a los festivales de ópera, calentó los ánimos, el pasado invierno, al comprobarse que los socialistas trataban con mucha más generosidad los ciclos líricos de otras regiones.
En ese contexto se inscribe la rectificación del Principado, que también está influida por el disgusto que causa a la dirección del Partido Socialista las guerras entre ciudades, que son un obstáculo objetivo para vertebrar la región.