El homenaje a las víctimas en el quinto aniversario del 11-M estuvo marcado por la polémica al negarse los parlamentarios del PSOE de Madrid a acompañar a Esperanza Aguirre en el acto como protesta por el cierre unilateral de la comisión de investigación sobre el ‘caso Gürtel’. El homenaje estuvo presidido por la presidenta madrileña y Alberto Ruiz-Gallardón, acompañados por los portavoces del PP y de IU.

A las pocas horas de estallar las bombas colocadas en los trenes comenzó la controversia sobre el atentado. Nunca pasó nada igual con cualquier otra matanza terrorista en España. Se entiende que haya discrepancias sobre las estrategias a seguir contra las bandas de asesinos, pero es difícil de aceptar la división ante el hecho mismo de los atentados y las investigaciones posteriores de los cuerpos policiales. Desde entonces, en ningún momento se detuvo la polémica, llegando los principales líderes políticos a hacer interpretaciones contradictorias sobre la sentencia el mismo día que la Audiencia Nacional la daba a conocer.

En ese contexto cabe interpretar lo sucedido con el homenaje del quinto aniversario de la matanza. El primer error consistió en hacer celebraciones institucionales distintas, cuando la ocasión era lo suficientemente importante como para realizar un gran acto en el que se dieran cita el Gobierno, el Parlamento, los miembros del Consejo General del Poder Judicial, junto a los representantes de la Comunidad Autónoma de Madrid y del Ayuntamiento de la capital. No se entiende bien la pluralidad de actos cuando el atentado afectó a todos por igual. A partir de ese error llegó la decisión de los diputados socialistas de abstenerse de participar junto a Aguirre. Uno puede entender la indignación de la oposición con la presidenta madrileña, pero el recuerdo de las víctimas bien merecía hacer una excepción con la postura abstencionista. Los diputados de IU estuvieron en el acto sin que su presencia suponga ningún trato favorable hacia Esperanza Aguirre. Asistir a un homenaje de ese tipo supone identificarse con dos ideas: la solidaridad y el apoyo a las víctimas está por encima de cualquier estrategia política y el rechazo a los terroristas es tan radical que en la foto deben salir juntos los demócratas como militantes del mismo partido. Él de la libertad.