En la entrevista a Álvarez Areces publicada en el día de hoy, el presidente del Principado desgrana la actualidad con valoraciones que merecen ser comentadas. Entre los asuntos tratados, destaca por su importancia la crisis económica, sobre la que Álvarez Areces mantiene una postura optimista, al considerar que el posible cambio de tendencia en el próximo año cogerá a Asturias con la misma cantidad de trabajadores ocupados que en el año 2007, cuando las ‘subprime’ contaminaron el sistema financiero.
Todos los presidentes de gobierno lanzan mensajes positivos para evitar que el pesimismo de los inversores agudice la recesión. De los datos del presente, nada permite deducir que el próximo año inflexione la coyuntura económica; en cuanto al mercado de trabajo asturiano toca constatar que andamos ya por los 73.000 desempleados, una cifra semejante a la que había hace once años. Una realidad poco halagüeña que admite aspectos positivos, como la inexistente deslocalización de plantas industriales, como señala Álvarez Areces.
Hasta el momento el paro ha crecido por el recorte del empleo precario y la nula contratación de mano de obra juvenil, pero se mantiene el empleo fijo, algo que concuerda con la ausencia de deslocalizaciones. Ante este escenario, la llamada a movilizaciones sindicales es lo más parecido a un golpe en el vacío, porque huelgas y manifestaciones tienen efecto cuando la crisis se explica en clave regional o nacional, pero ahora estamos ante la mayor recesión mundial de los últimos 60 años.
La confianza del presidente asturiano en que el Principado mantenga el ritmo de inversiones tiene como argumento favorable el escaso endeudamiento de la comunidad autónoma, pero como el déficit público español termine el año por encima del 8%, el recorte que pegará el Ministerio de Economía a los planes expansivos de las regiones será inmediato. El déficit presupuestario que asumen las regiones exige el visto bueno del Gobierno central.
Huelgas y cuentas
Álvarez Areces considera injustificadas las huelgas previstas en la Educación y la Sanidad. En un momento en que aumenta la lista del paro en España a un ritmo de 5.000 personas al día, resulta extravagante la realización de paros laborales para protestar por sistemas de evaluación interna o por reformas en los servicios, por mucho que dañen las expectativas o los intereses de unos trabajadores que tienen asegurado el empleo por vida. Justo es decir que gobiernos y oposiciones siempre tuvieron un santo temor a alterar el statu quo del funcionariado, como se pudo ver recientemente cuando se incrementó la masa salarial de los empleados públicos en un 3,87%, con una inflación del 1,4%. Una de las paradojas de la actual crisis en España es el trasvase de rentas salariales del sector privado al público.
Ante la negociación de la financiación autonómica el presidente asturiano va por el libro: «quedan algo más que flecos por negociar». Los gobiernos regionales se mostrarán beligerantes hasta el instante antes de firmar el acuerdo. Sobre las expectativas de mejorar la posición asturiana gravitan dos hipotecas. La variable que más influyó para considerar obsoleto el actual modelo de financiación es el cambio producido en el tamaño de la población desde el año 1999, que fue tomado como referencia para calcular las necesidades de financiación de los servicios públicos. Asturias es la única región que perdió habitantes en estos años, frente a los espectaculares incrementos de Madrid, Cataluña, Valencia, Murcia o Baleares. Por mucho que se tenga en cuenta la población envejecida, más va a contar el número de habitantes. El otro aspecto contrario a los intereses de Asturias es que el debate de la financiación autonómica lo reabrieron las regiones ricas, particularmente Cataluña, así que será muy difícil que se cierre el nuevo modelo sin que Cataluña o Madrid mejoren sus posiciones.
En la entrevista con el presidente el repaso de la problemática asturiana se produce tres semanas más tarde de la clausura del ciclo feliz de los socialistas, con tres victorias electorales seguidas en los comicios municipales, autonómicos y nacionales. ¿Dónde está Pepe Blanco? La derrota en Galicia marca el inicio de una nueva época en que la crisis económica garantiza titulares negativos cada día. Un tiempo que pondrá a prueba como nunca la política socialista.