La agenda de Zapatero en la actual legislatura no tiene ningún punto en común con la anterior. Cuando llegó al poder sorprendió con unos objetivos que poco tenían que ver con las necesidades nacionales, al proponer una revisión generalizada de los estatutos de autonomía y al intentar la negociación con ETA. La estrategia parlamentaria para lograr sus metas pasaba por arrinconar al PP. En la política internacional intentó bosquejar una tercera vía, con la alianza de las civilizaciones, para remediar el choque de civilizaciones concretado en el 11-S y en el 11-M. Nada de todo eso se mantiene en pie en el actual mandato al estar toda la acción del Gobierno volcada en hacer frente a la recesión económica; en el País Vasco la estrategia de la negociación con ETA ha dado paso a una alianza parlamentaria con el PP. Del guión político de la anterior legislatura (la economía estuvo ausente del debate) sólo quedan algunas malas herencias, como el Estatuto de Autonomía de Cataluña, que sólo sirve para hacer muy dificultosa la implantación de un nuevo modelo de financiación territorial.
Asturias no se incorporó al proceso general de revisiones estatutarias hasta finales del año 2007, empezando la negociación de la reforma en la primavera de 2008, una vez celebradas las últimas elecciones generales. Cuando en Asturias se quiso cambiar el Estatuto la agenda política nacional estaba ya ocupada por otros argumentos. La táctica obstruccionista del PP impidió llevar a cabo la reforma pese a haberse alcanzado un acuerdo sobre casi todo el articulado entre los dos grandes partidos. Ocasión desaprovechada.
Hay dos razones que impedirán la reapertura de la negociación estatutaria. La entrada en el Gobierno regional de IU hace más que desaconsejable retomar la discusión sobre el texto, porque hay un desacuerdo profundo entre los dos partidos de izquierda. La otra razón es la agenda política nacional que está centrada en otras cuestiones. Zapatero y Rajoy ya no hablan de ampliar las competencias de las regiones, así que nos quedaremos sin llevar a cabo medidas tan apasionantes como blindar el agua de los ríos. Bien es cierto que arrastraremos algunas carencias, como la posibilidad de convocar elecciones cuando el Gobierno de turno se encuentre en un callejón sin salida.