Se reunió el Consejo de Política Fiscal y Financiera, presidido por Elena Salgado, para tratar sobre el déficit público que podrán asumir las comunidades autónomas en el año 2010. En la mesa estaban sentados todos los interlocutores que deben pactar el nuevo modelo de financiación autonómica, pero el Gobierno y la Generalitat no desean una negociación multilateral, así que el diálogo sobre la financiación seguirá bajo el formato de la bilateralidad, con sucesivos encuentros del Gobierno con los distintos líderes autonómicos. En grupo sólo se puede hablar del déficit público.
Hace unos días, el Gobierno trasmitía la preocupación por el déficit de los presupuestos autonómicos, un asunto que ligaba al modelo de financiación. El Ejecutivo estaba dispuesto a trasmitir más recursos a las regiones, si la mitad de ellos se dedicaban a recortar el endeudamiento. Un objetivo interesante que no se debió de exponer de forma convincente, porque en la reunión de ayer se acordó aumentar el margen de déficit de las comunidades hasta el 2,5% del PIB. El ocho de octubre del pasado año, en otra reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, se dio permiso a las regiones para asumir un 1% del déficit para el año 2009, una cifra que queda ahora ampliamente rebasada. Todavía hubo gobiernos autonómicos, como el de Andalucía, que les parecía poco y pedían un 3%. El argumento para aumentar el déficit es común en todas las comunidades: la necesidad de contar con un presupuesto capaz de mantener las prestaciones de los servicios públicos.
Una vez más se comprueba que la clase política autonómica no tiene capacidad para asumir los intereses del Estado. Las regiones no van a aportar dinero para reestructurar el sector financiero (90.000 millones de euros), ni van a pagar la enorme factura del desempleo (más de 30.000 millones de euros), ni pondrán los 13.000 millones de euros que baraja el Ministerio de Fomento para intensificar la construcción de infraestructuras, ni financiarán ningún billonario plan local de obras. El peso de la crisis va sobre las espaldas del Estado, pero según los líderes autonómicos la clave está en gastar más en educación y sanidad, verdaderos escaparates de la gestión regional. Aunque parezca increíble se pacta el déficit público en clave de política sectorial.