El asesinato del inspector de la Policía Nacional Eduardo Antonio Puelles García, con una bomba-lapa colocada por ETA en los bajos de su coche, pone a prueba la capacidad de respuesta del nuevo Gobierno vasco y la alianza entre PSOE y PP contra el terrorismo. ETA ha escogido muy bien la víctima -un agente dedicado a obtener información sobre la banda terrorista- y el escenario del crimen: Arrigorriaga, el pueblo de uno de los terroristas más legendarios, ‘Argala’, jefe del comando que asesinó a Carrero Blanco; el hombre de la gabardina blanca, bajo cuya foto se sirvieron tantas comidas en las herriko tabernas. ETA sabe que con el asesinato del inspector Puelles hace algo más que continuar la serie de atentados iniciada tras la ruptura del alto el fuego (siete víctimas mortales). Con la bomba-lapa quiere la banda terrorista tomar la medida a Patxi López, el primer lendakari que nada más tomar posesión de su cargo hizo gestos inequívocos de dignificación de las víctimas del terrorismo y de aliento a la Ertzaintza para que derrote a ETA.
Una de las consecuencias del acuerdo PSOE-PP, en el País Vasco fue unir a Zapatero y Rajoy en la respuesta al terrorismo. La alianza entre Patxi López y Antonio Basagoiti ha servido para que las direcciones nacionales de los dos grandes partidos tengan una sintonía en la lucha contra ETA, similar a la habida en los tiempos de la firma del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. El Gobierno vasco se ha fijado como primer objetivo derrotar a ETA y cuenta con el respaldo de las instituciones del Estado. Alfredo Pérez Rubalcaba ha prometido a Rodolfo Ares, consejero de Interior vasco, pasar a la Ertzaintza información sobre ETA, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, ha manifestado el apoyo del PP a la Ertzaintza. Nunca hubo unas condiciones tan idóneas para desmantelar a la banda. Como bien dijo Patxi López: «Vamos a enseñarles el camino de la cárcel».
Por primera vez, la lucha contra ETA en el País Vasco está encabezada por los partidos constitucionalistas, lo que debe tener hoy un reflejo en las calles de Bilbao, con la manifestación de condena. El triunfo de las instituciones democráticas sobre ETA llevará aparejado el reconocimiento de la sociedad, lo que significará un País Vasco distinto y plural.