En la comisión ejecutiva del PSOE se trató el giro en la política presupuestaria que va a imponer el Gobierno, al pasar de la expansión en las cuentas al recorte de las partidas. Los planes de Zapatero tienen que ver con la reducción del gasto, junto con la subida de impuestos. Otra cosa es que en mítines, ante las bases sindicales y militantes, ponga el énfasis en el mantenimiento de la política social (pensiones, subsidios al paro, becas), pero la fase de cebar la máquina del gasto toca a su fin, porque hemos pasado del superávit presupuestario al 10% del déficit público, que es la cifra que se prevé para final de año. En lo que va de ejercicio ya hay un déficit acumulado de 50.000 millones de euros.
En la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado de 2010 el Gobierno va a mostrar sus cartas. La operación más elemental consistirá en financiar el fuerte incremento de las subvenciones del paro con recortes en otras partidas. En vez de tirar de deuda (más déficit público) para pagar 17.000 millones de euros de las prestaciones de los nuevos parados, como ocurrió este año, se financiará el crecimiento de las subvenciones del desempleo con el dinero asignado a otros departamentos ministeriales. Para empezar hay que ahorrar tres billones de las antiguas pesetas, y ese dinero tiene que salir del recorte en las ofertas públicas de empleo y en las ayudas a los diferentes sectores.
A la hora de hacer recortes se piensa siempre en el gasto corriente, pero esa es una idea muy simplista. Sólo hay algunas partidas del gasto corriente que son fácilmente prescindibles, porque la mayor parte del mismo va ligado a la realización de inversiones y el mantenimiento de servicios públicos. Los ajustes en las partidas irán más allá de lo fácilmente prescindible. Al igual que no hay dinero para los ordenadores de los colegios, tampoco lo habrá para otros proyectos de I+D ¿Cómo aceptarán los recortes los socios parlamentarios (IU, ERC, BNG) de Zapatero? La forma de contentarlos será dándoles participación en el diseño de las subidas tributarias. Para los grupos parlamentarios minoritarios, que viven del discurso ideológico, si se mantiene el gasto social y se grava más a los ricos, el proyecto de presupuestos merecerá su apoyo. Las reflexiones sobre el déficit quedan para el debate del PSOE y del PP.