La principal baza del presidente Areces para el debate sobre el estado de la región, de la próxima semana, va a ser la presentación del plan de inversiones del Principado en los ayuntamientos. La iniciativa es una traslación a escala autonómica del Fondo Inversión Local, del Gobierno central, que sirvió para financiar el llamado ‘Plan E’ y llenó de carteles y hormigoneras todas las localidades de España. Los sindicatos vieron el gran número de contrataciones originado por el plan del Gobierno y exigieron al Principado que pergeñara una propuesta similar. Álvarez Areces, consciente del escaso margen de maniobra existente para financiar actividades extraordinarias, tardó en dar una respuesta, pero ante la insistencia de los agentes sociales y la expectación suscitada en los ayuntamientos, acabó recogiendo el guante. Enfrentarse, simultáneamente, a la crisis económica, los sindicatos y los alcaldes, resulta temerario.
Se desconoce la cifra global de inversión que va a poner sobre la mesa el presidente del Principado. Dada la caída de la recaudación fiscal y los compromisos asumidos con los cheques-bebé, la compra de automóviles, los ordenadores de los niños, los ordenadores de los jóvenes, las ayudas para la vivienda protegida o la carrera profesional de los enseñantes, no existe la posibilidad de dedicar un volumen grande de recursos. Sin embargo, eso es lo único que les interesa a los sindicatos: la cifra global. El plan de Areces, como el Plan E, responden a la lógica de los planes de empleo, así que la cuestión relevante es el número de trabajadores que se va a contratar.
Los alcaldes aspiran, igualmente, al volumen de inversión más elevado posible, y también acarician la idea de dedicar alguna partida del plan a financiar servicios públicos de gran contenido social. Se acaban de enterar que la Junta de Andalucía prepara un proyecto parlamentario para ceder parte de la recaudación tributaria a los ayuntamientos, y resulta una ocasión propicia para presionar en esa dirección. Con un paro tan alto como el que hay ahora en España, toda bolsa de contratación de mano de obra resulta interesante, pero que nadie piense que de la crisis económica se sale aumentando el déficit público por la vía de financiar contratos temporales de mano de obra para hacer proyectos inventados para la ocasión.