Quizás la mayor tortura personal autoinducida, que existe, sea la del hipocondríaco, que como dice Félix Grandes, tiene “el almacén de su imaginación repleto de desgracias”. El hipocondríaco comienza a serlo cuando de una manera irracional da el salto ilógico del síntoma o molestia particular que siente a creerse enfermo ya irremediablemente. Incapaz de escuchar […]