” Si yo tuviera un hijo que jugase al fútbol hoy no lo metería en el Sporting, por cuestiones de formación y estructura obsoleta” dijo Irarragorri , en una primera reunión con accionistas, a puerta cerrada(sólo asistió El Comercio como socio ), donde fue una clara ruptura con los últimos años, “donde se creó un ciclo autodestructivo de mantenerse en segunda a base de vender jugadores.”.
Se acordó inyectar 7 millones de euros para ello, en 3 fases en 40 días, y dejó claro que hay que estar mucho más unidos que nunca, abriendo la puerta ,sin límites, para sumar gente de la región o de otras regiones.
El Sporting tiene que devolver a Gijón una forma diferente de ver las cosas.
A un socio que preguntaba si las acciones tendrían rentabilidad, uno de los vicepresidentes le dijo:” Mira con sus 240 euros tiene una gama amplia de posibilidades en la bolsa”, dando una altura de miras a la construcción de algo que puede ser grande, pero todavía no lo es.