La emisión de moneda es otra de las actividades del Consejo Interprovincial de Asturias y León. Papel y piezas metálicas que están preparadas para circular desde el primero de enero de 1937. “Se pretende salir de los rutinario y que presente la originalidad asturiana. Hay que representar en los billetes nuevos lo que de vital tiene la región,la ganadería, la pesca, la minería,el campo y la ciudad.La emisión tendría las garaantías precisas, no emitiendose más que la que les corresponden a una etapa normal.Dispondrán de la cobertura y garantías del Gobierno, representado por el Banco de España en Gijón, la reserva de oro y plata propiedad del Consejo Regional”.

Así fue presentada a la sociedad asturiana la nueva moneda tutelada por Rafael Fernández Álvarez,el Consejero de Hacienda de 26 años.Los billetes llevaban las firmas del Gobernador, Belarmino Tomás y del propio consejero.

Rafael Luis Fernández Álvarez, declarará casi 40 años más tarde,. “Cuando cayó definitivamente el Frente Norte y tuvimos que abandonar precipitadamente Gijón, la propaganda de los vencedores hizo circular noticias según las cuales estabamos implicados en la apropiación de las incautaciones que se habían llevado a cabo en las cajas de seguridad de los bancos, a través de la Caja General de Reparaciones.La historia, al menos la que yo conozco, ha sido otra.

La Caja General de Reparaciones dependía de la Consejería de Hacienda de la que era responsable ante el Ejecutivo y de la que hoy sigue siendo responsable moral.Mi preocupación, como la de Ricardo Figueiras Sede, que presidia esa institución, fue que ni una sóla de las incautaciones procedentes de las cajas de seguridad de los banco quedara fuera de los inventarios, cuya documentación se conserva. La requisas de joyas, monedas de oro,etc, , a través de aquellas cajas se enviaban al gobierno central, sin que nosotros pudiéramos saber su destino.

El 20 de enero de 1937, en la Delegación de Hacienda, dependendiente de la consejería a mi cargo, se, se finalizó un informe en la que se recogen todas las medidas que mi departamento había llevado a cabo desde la Constitución del Consejo Interprovincial a partir del Comité del Frente Popular, después de nuestro traslado desde Sama a Gijón.El documento lleva al pie la firma de Eduardo Fábrega Vidal, delegado de Hacienda y la mía como consejero.

Conservo una de las copias en cuya página 19 en el apartado que se refiere a los atesoramientos de oro y plata: “Esta es una cuestión de extraordinaria importancia, que por tanto, requirió la atención desde el primer instante de la delegación,como de la Dirección General de Hacienda para evitar que tales elementos que constituyen una reserva pudieran ocultarse y aun exportarse y que el asesoramiento produjera sus males propios y de difícil solución..

Las cajas en que se habían depositado esa riqueza, procedente de las custodias de los bancos, habían salido antes que nosotros de El Musel en el “Stangrove” un barco inglés en el que abandonaron Gijón personas mayores y niños  a los que había querido privarlos del horror de las últimas horas de la ciudad hasta Burdeos, trasladadas a la Delegació Financiera en París, por Luis Roca y Angel de Avila.

Pero al margen de la documentación general del Consejo, tuve la preocupación de recopilar todo lo que se refería a la Consejería de Hacienda que era el area dee mi respoisabilidad.De ese conjunto de documentos se hicieron tres copias., una de las cuales fue enviada a México, una segunda a Venezuela y la tercera a la Habana.

Yo había conservado para mi una serie de documentos cuyo original entregué a Felipe González y otra copia a Nicolás Redondo. En ese dossier se contienen todos los datos relacionados con la nueva maquinaria de Avance. Figuran en ellas los albaranes, los planes y las cartas de crédito para hacer frente a la inversión “