Don Pedro Garfias, nunca lo imaginó, y hoy las lagrimas rodarían por su rostro en su ataúd en el cementerio de Monterry, Nuevo León. El poeta salamantino, estuvo dos veces, sólo 2, en Asturias, En la Huelga de Octubre de 1934 y en Gijón en 1937 luchando contra el franquismo. Tuvo tal sensibilidad sobre nuestra tierra y nuestro pueblo, que hizo un poema en Culiacan, Sinaloa, donde termino su exilio. Su poema “Asturias, si yo pudiera”.

En principio de los 70, en la ciudad de México, en el restaurante el Horreo, donde uno de los socios era el hijo mayor de Belarmino, los socialistas asturianos le dimos una comida de respeto a su labor a Victor Manauel y Ana Belen. En ella, Urcesino  le pidió a Luis Roca de Albornoz  que les leyese aquel poema que le había dejado Pedro Garfías, al enterarse de que era el hijo de Belarmino Tomás. a Victor y a Ana.

 Con su gran sensibilidad, Victor le pidió si le autorizaba a ponerle música,  y de ahí , hicieron coincidir el talento de aquel Salamantino, Pedro Garfias con el de Victor Manuel asturiano, de forma tal que que al talento y los actores asturianos, pasaran por el olvido del franquismo,  por los socialistas asturianos de la llamada Transición , la belleza, el conocimiento de aquella Asturias donde sólo fue dos veces, se fue convirtiendo en la canción donde se identifican los jóvenes asturianos.

Que hoy, en aquel Gijón, protegiéndose de las bombas que conoció en 1937, en pleno campo de futbol, El Molinón, en el Derbi entre el Gijon y el Oviedo, Victor Manuel haya cantado su poema, es algo que congratula, tanto y que había que compartir el proceso para entender, sin la Ley de la Memoria Democrática, en nuestra tierra la poesía y la música, trasladaron fronteras.

El primer desfile del 1  de mayo donde estuve hace 16 años fue en Avilés. No olvido a aquella alcaldesa   bastante mediocre, cuyo nombre no recuerdo pero que estuvo tras el escándalo de Natalio Grueso, me espetó: “No entiendo es ir y venir en tu familia de México a España.”

Por supuesto, esa mujer  no entendió nada.

Pero esa rama de Belarmino y los Fernandez Tomás, a pesar de la muerte en enero de Jorge y de Victor Manuel, sigue existiendo conociendo la verdad, testigos de la historia de dos paises, donde sembraron y aportaron su modesta lucha.