Una parte importante del conflicto entre Rusia y Ucrania, viene de la división de la Iglesia de Ucrania, del Patriarca de Moscú. Las dos naciones, sus combatientes pasan a diario por las misas de cada una de las religiones no ortodoxas, cada cual diciendo a su pueblo que es el ” bueno o el malo” de la politica.
Sabedor perfectamente de esa parte del enfrentamiento que nunca, o casi nunca se habla, el Papa Francisco I, ha enviado a Ucrania al cardenal Matteo Zuppi y a Rusia al prefecto de las diócesis de la Iglesias Orientales.
Mientras el G7, donde por supuesto no esta Lula ni Modi, se lanza contra la yugular no sólo a Rusia sino a China, hay movimientos unidos de negociación de, por lo menos, Xi Jinping, Lula y Francisco.