El único vestigio que queda del pasado en México es el Poder Judicial. Élite de privilegiados, con sueldos y prestaciones asombrosas y que se están enfrentando directamente a la Cuarta Transformación. El presidente ha llamado hoy no sólo a votar el año próximo, sino a ganar por mayoría absoluta y así poder cambiar la Constitución y que los jueces sean electos por el pueblo, como la presidencia y las Cámaras.