Primero, las ganadoras de un Mundial, 23 años después fue ,de ellas, las mujeres, debe de quedar claro.En su largo proceso, ¿cuantos maltratos machistas deben haber sentido generaciones de jóvenes?Sólo ellos lo saben.
Su triunfo mundial, y las agresiones, están recorriendo estadios donde las jugadoras de otros paises salen a apoyarlas, pero en el fútbol profesional español, ni en cuenta. Muertos de miedo, nuestras estrellas y los principales dirigentes, sobre todo alrededor del Estadio donde se firmaban con el Emérito los grandes contratos, en las pausas, lo tienen claro.Por ello la Real Federación de Fútbol Profesional entendió el mensaje del “misógeno, por hablar suave” de ese personaje llamado Luis Rubiales, la mano derecha de aquel Villar Mir que terminó en el Tribunal Supremo.¡¡ SI CAIGO YO, CAEN TODOS!.
Y el silencio se apoderó de todos.
Esto es más que la lucha de las mujeres futbolistas. Esto es una lucha por destapar las cloacas de toda la podredumbre, desde el franquismo, que encierra el fútbol profesional, desde los dueños, hombres de horca y cuchillo, las grandes estrellas de sueldos multimillonarios, muchos de ellos evasores de impuestos, de los árbitros que se corrompen para evitar que se descienda. Nada , que no sepamos o intuyamos todos.
Ahora nos corresponde a hablar a nosotros, la sociedad, que, gracias a ellas, con el gobierno al frente pueden democratizar toda la corrupción, que antes floreció en las instituciones.
¿ Sabe usted quien es el padre de Rubiales, que lloraba la valentía de su hijo?. Fue el Alcalde de Motril, implicado en los ERES de los socialistas(?) andaluces que tan mal terminaron..
Hoy, por supuesto Rubiales ni se asomó a vestir el uniforme de su Motril de la infancia.
Finalmente, ante la historia, habría que agradecerle a este individuo, las transformaciones que vendrán.
Como ayer en México, en el Pachuca donde juega, una verdadera estrella, respetada como mujer y deportista, Jeniffer Hermoso,¡¡ESTO, SE ACABO !!.
Y las mujeres españolas, las periodistas, las intelectuales, las trabajadoras de a pie, saben de que se trata: es su propia historia.
Reitero cuando hablaba allí del “macho mexicano”, siempre decía que venía del ” macho ibérico” y los Rubiales vienen del “macho moro”.