Había llevado a la Ejecutiva del Partido al Centro de Convenciones de Acapulco para ver el mejor espectáculo de Flamenco del país, pero no estaba Roberto, por ello cuando Lisbeth y yo llegamos a la Convención de Seguros La Comercial en el mejor hotel El Princess, lo primero que recibimos fue la llamada del sobrino del presidente Díaz Ordaz, de 28 años, delegado del PST en Guerrero. ” Rafa, quiero pedirte que en este viaje me lleves al Flamenco”.” Por supuesto, Roberto”.
Aquel día realizaría el primer viaje y retorno de México a la capital del Estado de Guerrero.Dió la casualidad de que no estando Talamantes era el hijo de Pura el que estaba al frente del partido, y, en plena batalla, por los derechos de los tarahumaras, durante dos días más, volvía a Acapulco, participaba en la Convención y regresaba. Roberto cada día llamaba para que no se nos olvidase y en el penúltimo día le comenté a Lisbeth, si aunque fuera el último día de la Convención, la entrega de premios y la actuación de Armando Manzanero, que debería dedicarle la última noche a Roberto. Si lo informamos. ” Maestro, es nuestro último día, el principal, viene Manzanero, pero Lisbetz y yo acordamos que ese día es para ti, pero confirma seguro, por que para nosotros no es un día cualquiera”. No Rafael, por supuesto y quedamos de vernos en la entrada del Centro de Convenciones a las 8 de la noche..
Aunque hubo dos notas de prensa mostrando el triunfo de los compañeros Tarahumaras, de la sierra de Chihuahua, los directivos de la compañía de seguros, sabían bien quien era aquel hombre, socialista y bastante bueno en esos de vender seguros.Esa noche, le explicamos al Director de Ventas, la causa de nuestra ausencia y, y nos encaminamos hacia el lugar fijado. Faltarían 5 minutos para las 8, y ya estaba allí Roberto, semi cubierto por la suave lluvía y sin recursos para entrar, a pesar de que muchacho de la oligarquía poblana, habia renunciado a todo y de la Universidad se había incorporado con su entrañable Mina Pikarewizk, ambos licenciados en Ciencias de la Información, de la Ibero
Y entramos los tres. Roberto emocionado suspiraba por aquel Flamenco que el resto de la Ejecutiva habíamos saboreado, y cuando nos dimos cuenta estabamos sentados, en aquella suculenta butaca acolchonada.
Rafael llevaba una tarjeta de credito, la Diners y 100 pesos en el bolsillo, y se encontraron con que allí no aceptaban aquella tarjeta. Hablando con Liz, comentamos: Vamos a beber una sólo bebida cada uno de nosotros y lo que sobre para Roberto, y se lo comunicamos.
Y,a las 9 empezó el espectáculo. Todos lo gozamos pero Roberto más que nadie en aquel escenario para 200 personas. Aplaudía, se levantaba, gritaba ¡ole! y lanzaba claveles al escenario.El Flamenco, como nunca, lo inundió todo .Noche inolvidable.
Salimos y, ya sin ese chipi chipi incomodo, caminamos hasta la avenida. Nos dimos un abrazo y quedamos de vernos al día siguiente en la Ejecutiva en la ciudad de México.El avisó. Le daban un premio las compañeras de Acapulco por una lucha que ganó, y llegaría después de comer.
Al día siguiente al regresar el sexto vuelo. Lisbeth se quedó en la casa, y yo me fui a la calle de Culiacán, a la nueva y mas grande y nueva oficina a la reunión de la Ejecutiva. Estábamos en el despacho de Rafael hablando de aquella noche de Roberto, entre sonrisas, cuando a las tres, suena el teléfono. Talamantes toma la llamada y su rostro empieza a palidecer.” Roberto Esperón ha muerto, ahogado….”
Si a todos nos conmovió al nietaode Belarmino más, recordando aquella noche, la última de Roberto, y junto con otro compañero tomó, de nuevo, el séptimo vuelo en tres días a Acapulco, acompañado por otro compañero.
Del aeropuerto al anfiteatro a identificar el cuerpo. Y ahí estaba inerte Roberto, con su cuerpo color azulaceo que produce el ahogamiento.Verlo y vestirle, fue duro e irreal.
En las laderas de las montañas que dan a la bahía de Acapulco, donde vivían “los monos”( como que llaman los exiliados venezolanos hoy en Asturias) que eran nuestros compañeros y compañeros queridos. Cuando llegamos, en una casa estaba todo listo para recibir a su ataúd, Más de mil personas asistieron y lo velamos durante toda la noche. A las 12 de la noche llama Talamantes y me dice que iban a mandar un a camioneta de una funeraria, pero media hora más tarde me dice: ” Rafael, el presidente nos prestó su avión, y mañana aterriza con la familia de Roberto.”
Impresionante, en el aeropuerto de Acapulco, ver como se hacia un camino entre los 1000 para que pasase su cuerpo hasta el avión, cuando a lo lejos observamos la llegada del avión presidencial.
Nunca el hijo de Pura y Rafael había estado en el avión de presidente de México, López Portillo, que lo ,impresionó, pero más el encuentro con los padres y hermanos de Roberto. En la panza del avión el querido Roberto, que entendimos que el vuelo al puerto era de 20 minutos para ele presidente con el espacio aereo cerrado y no los 50 de los otros 7 vuelos de aquella semana.
No les podía decir la verdad. Había sido asesinado por el gobernador de Guerrero Rubén Figueroa, quien puso a dos muchachas, para subir a la lancha que los llevaría del Pacífico a la Laguna , y que tenían como objetivo que ellas cayeran al agua y él, al tratar de salvarlas, lo hundieron hasta que lo ahogaron.
Pero a los desechos padres y hermanos de Roberto, la versión oficial para ellos , y más tarde en el Hangar presidencial a Mina, su inseparable compañera: ” Roberto al ver caer a las muchachas, se lanzó para salvarlas y logró sacarlas, pero el de 1.90 m con ropa no logró salir” Habia sido un héroe..
En Atenas se habían casado Juan Carlos y Sofia y se celebraba el ” Contubernio de Munich” que tanto molestó al Caudillo, mientras, los huelguistas mineros asturianos habrían salido a la acalle, poco después sería fusilado Julián Grimau, pero Rafael estaba ya en Melchor Ocampo, frente a la Embajada de España, pidiendo el NO al fusilamiento del lider comunista español.
Trozos de la vida.