El 24 de diciembre dejó una enseñanza, que nadie debe despreciar. El acartonado mensaje del Jefe del Estado perdió 700,000 personas de su audiencia, y estuvo en el segundos mínimo histórico, muestra el desinterés de una generación que nació tras la Constitución de 1978 en cuanto a nuestro Documento Principal, pero también lo que significa la Monarquía.
España, enfrentada una vez más, incapaz de ponerse de acuerdo para la letra de su Himno Nacional, no puede darse hoy un referéndum entre Monarquía y República, y menos cuanto uno de los tres poderes de la Unión, el Judicial vive en la ilegalidad, ya 5 años.
Por ello, hay que buscar un cambio. Una mas de las tareas por delante.