Con fineza, tras semanas de que curas españoles públicamente desearan la muerte de el Papa Francisco, hoy les contestó ” NO SON GENTE MALA, SON GENTE TRISTE. LES TENGO LÁSTIMA”.En Oviedo, mientras la ciudad dormita digiriendo el cocido del que hablaba, Clarín en la Regenta, esas palabras de los Magistrales y sus discípulos, cortaran la digestión de las fabadas y los cocidos.