Y ayer, el que llamó a tomarlo, regresó al Capitolio a reunirse con los asambleístas y senadores de su partido, en un acto de inteligencia, donde consolidó su posición en el partido, ante sus 70 millones de votantes y según las encuestas podría ganar la presidencia y ambas Cámaras, ni más ni menos.En frente, los demócratas con un presidente languideciente y sin posibilidad de un recambio superior.
Nada más importante en este año y en años posteriores que un triunfo de Donald Trump, en este mundo cambiante.