Hace una semana en el gran escenario en Puglia, al sur de italia, en la costa adriática de Italia, pocas personas en el mundo captaron más titulares y fotografías que la primera ministra italiana Georgia Meloni. El trato afable a un viejito despistado como era Biden; el abrazo cómplice con Milei, la marginación de Macrón, hasta la mirada y la continuación del abrazo sin despegarse con Zelensky o el selfie con la prensa mundial, mostraron su belleza y poder, dueña de la situación.
Una semana después, es la viva imagen de una desoladora ganadora a un incapaz lider, marginada de la formación del gobierno de la Unión Europea, que trata de retrasar la integración de los órganos de dirección europeos, donde Populares, Socialistas, Liberales y Verdes, mantuvieron el control sanitario a la extrema derecha, y se van a repartir ellos los 4 puestos clave de la unión Europea