Ver jugar a Pele y a Garrincha en Guadalajara, a Maradona en el Estadio Azteca,aquel partido del siglo entre Alemania e Italia, y los Olimpiadas de 1968, tras la matanza de los estudiantes en Tlatelolco, fue para aquella generación un lujo. Sin embargo, negocio de unos cuantos, sin infraestructura, todo el esfuerzo se fue al pozo. Hoy México es un país, superado ya por los Estados Unidos, dueño el fútbol del gran negocio, y en las Olimpiadas ha sido un sonoro fracasado, no reconocido por el presidente en su mañanera hoy. Lugar 52, con una delegación de 177 personas, al día de hoy no se ha conseguido una medalla de oro y sólo dos de plata y una de bronce.
El joven de un pueblo en 100,000 habitantes español, sólo con él y María lograron más que toda la delegación mexicana.