La cara de Borrell cambió tras la respuesta de Putin a sus amenazas de que ” Europa destruiría al ejército ruso”. Sereno, en una conferencia de prensa sólo ante los medios de comunicación, delgado, en forma, seguro, el Tigre Audaz y Silencioso, tenía el sartén en el mango.
Respondió a todas las preguntas, respondió sutil al catalán, sin mencionarlo, dejó claro que sabe que quiere, y se hace un alto donde ,hasta ahora ha conseguido lo que se había fijado. Habrá avanzado sus fronteras hasta donde se propuso en 7 meses y se habrá quedado con la mayor central nuclear de Europa.
Todas las sanciones no pudieron con él, sabedor de que salvo Occidente tiene aliados fundamentales como China e India y ahora a esperar que el invierno haga el resto.
NI ellos, ni Estados Unidos, tendrán problemas, pero en medio queda una Europa, menos unida, más débil y con mucho frío por delante, que no entendió cómo la usaba Biden y los Estados Unidos.