Pocas veces se ha visto en la España actual, a un individuo más despreciable que Carlos Mazón. Con todos en contra, los familiares de los 224 fallecidos, de la oposición, de los medios, este individuo ha sido capaz de mentir una y mil veces, sabedor de que, su futuro en Valencia no existe, trata a como de lugar, llevándose entre las patas a sus propias gentes, de no caer en manos de la justicia. Por donde, de su propio entorno va a salir su final: Salomé Pradas. Muy bien la jueza.