Sigue en pie la Plaza de Toros México, donde en 1945, Belarmino, los hijos y los nietos, con bocadillos de chorizo y vino tinto, vimos torear a Manolete. 80 años después,, con otra sociedad y otro gobierno se puede ir a la Monumental (50,000 espectadores) en Avenida Insurgentes. Pero, habiendo corridas, se prohíbe matar y lastimar al animal.