Las declaraciones del presidente Sarkozy sobre su futura vuelta al país africano, no fueron nada afortunadas. Si un día le aplaudimos por sus gestiones diplomáticas (visita de relumbrón incluida), ahora tenemos que decir todo lo contrario. Recuerden que ayer mismo sentenció, «Iré a buscar a los que quedan, hayan hecho lo que hayan hecho». Cosa que, claro, en El Chad vieron como toda una ingerencia en sus asuntos internos, casi como una vuelta al colonialismo. De hecho, se informa de que ya existen críticas hacia el Presidente por haber cedido en el tema de las azafatas y periodistas franceses.El caso es que el conflicto se mueve entre la invisible diplomacia española (nise ve, ni se nota) y el impetuoso presidente francés (no pares, sigue, sigue..). Quizá, tal y como están ahora las cosas, o sea, pendientes de un hilo, lo mejor sería un término medio. Ni hacer declaraciones altisonantes ante los medios decomunicación, ni, según parece, resolverlo todo por teléfono como en el caso español. No sé, pero las declaraciones ayer de Sarkozy no creo que hayan ayudado mucho a lo que ya se daba por hecho: la liberación del resto de la tripulación española. Por otra parte, habrá que admitir que si, la ONG francesa ha hecho todo lo que le imputan, tendrá que cumplir su castigo en el país africano. Piensen si no en el caso contrario, o sea, un ciudadano de El Chad que hubiese cometido todos esos delitos y falsedades en Francia o cualquier país de Europa, ¿admitiría acaso nuestra justicia una extradición? Yo creo que tampoco.