Ya lo decíamos ayer: la falta de compromiso de unos y otros ha dejado a la convocatoria completamente huérfana. Ni el Gobierno (el Presidente Zapatero anunció bien a las claras su intención de no asistir), ni la oposición (Rajoy decidió a última hora acudir), ni las asociaciones de víctimas del terrorismo (AVT y el Foro de Ermua no participaron), ni, por lo visto, la gente normal y corriente (apenas 5.000 personas); apoyaron el acto. A este panorama desolador contribuyó también, a mi modo de ver, una desastrosa organización. En cinco minutos -el tiempo que empleas en quitarte de encima a un conocido- despacharon el asunto. Parecía, la verdad, como si todo estuviese montado para que, los políticos de turno, saliesen en la foto y poco más. Todo lo que debe llevar consigo un acto bien organizado: lemas, calor popular, discursos emotivos.. quedó para la próxima convocatoria. Está claro que, a día de hoy, lo que mueve a la gente a manifestarse en temas terroristas es el rechazo (por no decir el odio), hacia una determinada política (la del Gobierno, en concreto). Comparen esta manifestación con la última (y no fue de las mayores) de la AVT, y verán la diferencia. La calle, parece, ya no es sólo de la izquierda. En fin, tendremos que esperar hasta la próxima para ver de verdad la unidad que tanto se pide. Una pena.