Desde hace tiempo hay una forma de presentar las cuentas públicas, diríamos que particular. Yo la llamo «la era de los presupuestos tuneados». Consiste, básicamente, en que se parten de unos gastos fijos y, a partir de ahí, se intentan pagar, como buenamente se puede, con ingresos ficticios. Esto es, a base de retorcer el […]