Resulta patético lo que está sucediendo con el vial de Jove. Ya saben, la deseada obra que debe librar a La Calzada del tráfico pesado. La ministra de Transporte, Raquel Sánchez, nos quiere hacer creer que está dotada con suficientes fondos para ejecutarla de forma plurianual. Sin embargo, resulta, digo, que en Gijón sabemos sumar. Si hay 73 millones de euros consignados en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de un total de 227,5 (que serán 270 millones con la inflación), ¿dónde está el resto? ¿De dónde va a salir y cuándo? Las enmiendas presentadas en el Congreso de los Diputados para cambiar el destino de esta infraestructura no se aprobaron. Fueron dos (PP, Foro) las rechazadas por el Gobierno central y sus socios en los PGE. Ahora se espera darle la vuelta en el Senado, aunque cada día el margen de maniobra es más escaso. Dicho otra forma: nuestras esperanzas se desvanecen. Al igual que sucede con el plan de vías, todos nuestros proyectos acaban congelados. Fíjense en la paradoja. Obtenemos fondos europeos para convertir La Calzada en una zona de baja emisiones, pero no de Madrid para financiar un vial por el que llevamos esperando más de 17 años. Nos cuesta la tira obtener una paupérrima rebaja en el peaje del Huerna, mientras que gracias a los catalanes del PDeCat vamos a poder viajar gratis a la capital en autobús. Sin duda, Gijón es la ciudad donde nunca pasa nada. Los diputados electos por Asturias no tienen que temer: pueden votar lo que quieran en el Congreso que renovarán su escaño. Eso sí, protestaremos mucho en el chigre, daremos grandes gritos y convocaremos con indignación al Consejo Social de la ciudad. Ahora bien, la cosa no pasa de ahí. Me temo que una legislatura más veremos como las obras que dependen del Estado seguirán en el limbo. Durmiendo el sueño de los justos, mientras nos cuentan una tras otra milonga. En este caso, que existen los círculos cuadrados.
@balbuenajm