Se mueve el Gijón político y lo hace con intensidad. A la defenestración de la actual regidora, Ana González, se une el retorno de otra primera edil: Carmen Moriyón. La vuelta de la que fue alcaldesa durante ocho años agita las aguas municipales, puesto que constituye una alternativa real al gobierno del PSOE. En definitiva, tienen en Foro un rival para tener en cuenta y lo saben. Desconocemos, eso sí, cómo se tomará el electorado esta segunda etapa. Algo, por otra parte, inédito en el Consistorio y que sería histórico si Moriyón vuelve a coger otra vez el bastón de mando. Veremos. También nos ha dicho adiós el concejal de IU, Aurelio Martín. Ante los suyos confirmó que no repetiría como número uno y dejó varias reflexiones. Una estuvo en cómo le mola el proyecto de Yolanda Díaz. Otra haciendo autocrítica puesto que considera que ejerció un «hiperliderazgo», sin dejar espacio para que otras personas de su partido resultasen visibles. No le quitamos la razón. El bagaje de Martín por nuestro Ayuntamiento ha sido de lo más controvertido. Seguro que su parroquia está muy contenta, pero no así el gijonés medio al que ha complicado la vida hasta límites insospechados. Sus decisiones en materia de Movilidad (el «cascayu», corredores absurdos, avenidas pintarrajeadas y demás) fueron la comidilla durante estos casi cuatro años. Ahora bien, sin ser acompañada por ningún hito relevante para la ciudad. Dicho de otra manera: mucha ideología y ninguna obra. Por último, habló también sobre lo acaecido a Ana González y el proceso de primarias en el socialismo local. De hecho, dice que esto ha pesado en su decisión de abandonar la primera línea. Y es que la simbiosis entre ellos ha resultado más que evidente, pese a la diferencia de peso electoral de las formaciones. Tal fue así, que a veces no sabíamos muy bien si gobernaba el PSOE o la propia coalición con un solo representante. Sin duda, ambos han sido tal para cual.
@balbuenajm