Sabido es que a la concejalía de Movilidad le encanta retorcer los números. Eso sí, para que el resultado siempre sea favorable a sus intereses. Cuando llegó a nuestras vidas el famoso «cascayu» se dedicó dar cifras de paseantes increíbles. Vamos, que el tránsito por aquella zona de colorines era poco menos que equiparable al día de los Fuegos de Begoña. Sin embargo, desapareció vía judicial y nadie lo notó. Las masas obreras y campesinas que supuestamente lo utilizaban se diluyeron. En este sentido, el pasado martes tuvimos otro capítulo. El concejal del ramo, Aurelio Martín, presentó un balance suigéneris de las plazas de aparcamiento que se perdieron durante la presente legislatura. Cifró la merma en 532 estacionamientos, diferencia entre los creados y eliminados por distintas actuaciones. Pronto la oposición (PP y Foro) pusieron en solfa esta cantidad. Entre otras cosas, porque hay calles sin contabilizar y figuran como creados aparcamientos que ya existen. Ejemplo, la ecomanzana de La Calzada. Sin duda, operación que es tela. Resulta que se van a eliminar en total 334 plazas y para compensarlo, se alcanza un acuerdo con el centro comercial y los cines de la zona con el fin de utilizar su parking. Los vecinos tendrán que pagar entre 30 y 45 euros al mes, mientras que el resto hasta completar el precio del alquiler lo pondremos el resto de los gijoneses. Pregunto, ¿quién gana? Si esto lo hubiese hecho un gobierno municipal de la derecha, menuda la que tendríamos que escuchar. Poco menos que están vendiendo Gijón a la iniciativa privada, pero como ahora interesa… Toda esta sangría irá a más. Si el Plan de Movilidad sale adelante (ojalá no) multipliquen por tres las plazas que se perderán. Ojo, compensadas con la creación de aparcamientos virtuales. En otras palabras: que igual nunca los vemos hechos realidad. El subterráneo del parque de Cocheras, uno en altura detrás del pabellón de La Guía, etcétera.
@balbuenajm