Hace poco decíamos aquí que el Principado está haciendo de tonto útil al Ministerio de Transportes. Todo ello, a cuenta del timo perpetrado con el vial de Jove. A la postre, la esperada infraestructura que se quedó en nada. Pues bien, buena prueba de ello fue la mesa de trabajo del Consejo Social celebrada en el Ayuntamiento este pasado martes. En la misma, el consejero de Movilidad del Gobierno asturiano, Alejandro Calvo, tuvo que defender obras virtuales de las que encima no tiene competencias. Es decir, que debe ejecutar a la fuerza el Estado. Así, por ejemplo, habla de la humanización de la avenida Príncipe de Asturias, eso sí, sin sacar el tráfico pesado que pasa por ella. Vamos a ver, ¿de qué sirve actuar sobre esa vía si luego van a seguir pasando más de mil camiones al día? ¿Lo lógico no es que se urbanice cuando estén resueltos los accesos a El Musel? Uy, pero la alternativa por Aboño, defendida como solución tras el gran fiasco de Jove, está verde. Yo que diría que muy verde. Tanto, que el Ministerio ha accedido a regañadientes al estudio de su viabilidad, pero sin mayores compromisos. Esto es, encargando un informe a una ingeniería, para que luego quizá acabe en un cajón. Algo a lo que ya estamos acostumbrados. Por eso, la palabra exacta que resume esta tesitura es escepticismo. Sí, una ola de escepticismo que invade esta ciudad y se puede cortar con un cuchillo. Gijón es una ciudad inacabada -estación intermodal, metrotrén, plan de vías, etcétera- y en Madrid pasan de nosotros.
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@balbuenajm