>

Blogs

Jose Manuel Balbuena

RETORCIDA REALIDAD

La burbuja.

41230403-624x936-kaw-u7020086662315f-624x385el-comercioLa semana pasada no se hizo otra cosa que hablar de fachadas. En concreto, de la burbuja creada en torno a la rehabilitación de edificios en nuestra ciudad. Fíjense. Después de un año de haber cerrado las ayudas, es decir, el pasado ejercicio no se concedió ni una, hay sobre unas cuatrocientas pendientes de respuesta. Esto representa, según la oposición, un agujero de unos 80 millones de euros aproximadamente. O lo que es lo mismo: cerca de un 40% aproximadamente del presupuesto municipal anual. ¿Por qué se llegó a esta situación ¿A qué se debe? La respuesta es sencilla: se subvencionaba todo. El mecanismo por el cual se concedían era un trágala en toda regla. Las subvenciones para la rehabilitación de fachadas y supresión de barreras arquitectónicas estaban abiertas todo el tiempo. Esto es, no había un periodo durante el cual se admitían solicitudes, sino que era una especie de cajero automático para las comunidades de propietarios. Los 365 días durante 24 horas.Para que se den una idea, el Principado, el año pasado, estas mismas ayudas sólo las ofreció durante un mes. En concreto, el de agosto para más inri. O sea, el que las quisiese solicitar tenía que cancelar sus vacaciones, regresar de la playa y ponerse manos a la obra en pleno periodo estival. ¿Mala leche? Sí, mucha.

41176858-624x416-u402351122f0d-u7017893148095b-624x385el-comercio-elcomercioPero, además, las subvenciones municipales parecían un pozo sin fondo presupuestario. Todas las solicitudes eran admitidas y sólo era cuestión de tiempo su pago. Como digo, en el Principado esto no pasa. Se acogen a unas partidas muy limitadas y cuando se acaban -con suma facilidad, por cierto- hay que volver a ponerse a la cola. Algo que en Gijón nunca sucedió porque el sistema era de barra libre. El resultado, como pueden suceder, es que la bola de la rehabilitación se ha hecho más y más grande. De un tamaño tal que, siempre según la oposición, se tardaría en digerir sobre unos cinco años. Eso, pese al esfuerzo mayúsculo que se ha hecho desde el Ayuntamiento. En ocho años se han destinado a este fin 118,6 millones de euros. Sólo en 2018 se aprobaron pagos por 20,1 millones. Con todo, ya ven, resulta insuficiente para parar este auténtico tsunami y es necesario cambiar porque no queda otra. El mecanismo de las ayudas a la rehabilitación de edificios tiene que ser modificado para atender casos urgentes, ateniéndose a un baremo donde se mire también el nivel de renta de los propietarios. No puede ser que se subsidie igual, no sé, al hijo de Bill Gates, como a quien vive de una pensión de viudedad. En definitiva, se acabó la época de vacas gordas y hay que abrir una nueva etapa. Subvencionando, repito, a quien menos tiene o no puede hacer frente a la rehabilitación de su inmueble. El café para todos, mucho me temo, que ha tocado a su fin. Más que nada, porque es imposible de sostener.

@balbuenajm

Por JOSE MANUEL BALBUENA

Sobre el autor

Economista y empresario. Colaborador de EL COMERCIO desde hace ya muchos años. Vamos, un currante en toda regla


enero 2019
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031