Con la firma del convenio del plan de vías se cierra una etapa. Esto es, dejamos atrás los años oscuros donde el proyecto estaba parado y sin ninguna esperanza de salir adelante. Bajo la escusa de la crisis y la consecuente parálisis de inversiones, nada se movió en el mismo hasta hace poco más de un año. Antes por aquí pasaban gobernantes y prometían cosas que nunca se cumplían. Había inventos, como cuando el ministro socialista, José Blanco, dijo que iba a realizar una colaboración público-privada imaginaria para sacarlo del atolladero. Recortes a los planes originales, como cuando la ministra popular, Ana Pastor, habló de dejar la ridícula estación de Sanz Crespo y adosarle una de cercanías. Incluso hasta desidia: recuerden que la sociedad Gijón al Norte, que debe ser el motor de nuestro levantamiento ferroviario, ni siquiera se reunía. Sin embargo, con la rúbrica que se realizó en el Ayuntamiento todo está claro. La inversión más grande en la historia de Gijón se ha puesto en marcha.
¿Significa eso que no va a haber problemas? Yo diría que ni mucho menos. Piensen que la finalización de las obras está pensada para 2025. Es decir, veremos al menos un cambio de Gobierno más con todo lo que ello conlleva. O sea, revisiones, dudas técnicas o quizá nuevos planteamientos. El consejero de Infraestructuras, Fernando Lastra, destacó durante su firma que «Ya no hay posibilidad de parar el plan de vías», animando también a «combatir el escepticismo» que reina en toda la sociedad gijonesa sobre su ejecución. Algo que, sin duda, ha crecido entre nosotros con raíces muy profundas después de 17 años de espera. Entiendo que el consejero -cuya buena disposición, junto al trabajo del equipo de Carmen Moriyón, ha sido importantísima para llegar hasta aquí- dé por zanjada la cuestión, aunque históricamente no siempre haya sido así. En 2002 también se firmó este mismo convenio con grandes alharacas y nunca se cumplió. Por tanto, ¿tenemos o no razón los gijoneses a la hora de ser escépticos? ¿Acaso pensamos que no va a haber momentos de duda, retrasos o miedo a que vuelva a pararse de nuevo?
El paso que ayer se dio es muy importante. Por lo menos, tenemos algo que reclamar. No se trata de una cuestión de contemplar otra vez maquetas, sino de que existe un documento que obliga a las partes a cumplirlo. Gracias al consenso de los grupos en nuestro Ayuntamiento -prácticamente el único, junto con el Plan General de Ordenación- la guinda a esta legislatura tan desagraciada deja un sabor dulce. Ya no vamos a estar otros cuatro años discutiendo sobre si la estación intermodal tiene que estar en Moreda o a la altura del Museo de Ferrocarril. Sobre si hay que soterrar desde La Calzada o el metrotrén tiene que llegar hasta el Hospital de Cabueñes. Lo que toca ahora es que cada uno cumpla con su parte. Oigan, que no es poco.
@balbuenajm