Tengo claro que nuestro Ayuntamiento apuesta de forma descarada por remodelar la actual estación de Sanz Crespo. Es decir, sigue la misma línea del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) -a la que se suma también el Principado- para que no se haga una intermodal nueva en Gijón. Por lo visto, ahora sacan a relucir un informe del Tribunal de Cuentas del 31 de enero de 2019 y una resolución de las Cortes Generales del 27 de febrero de este mismo año, donde exhortan a los levantamientos ferroviarios pendientes (caso de Gijón) a abaratar costes evitando soterramientos. En una palabra, nuestra futura estación -si es que la vemos- tendrá que ser «low cost», mientras que en buena parte del resto de España se han gastado lo que no hay en los escritos. Para que se den una idea, en Yebes (Guadalajara) se dilapidaron 11 millones de euros en una terminal del AVE que tiene 200 viajeros al día. Anteriormente, se había dicho que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) no daba la financiación para el proyecto vigente que está publicado en el BOE, cuando, en realidad, ni se habían enviado la documentación necesaria para su evaluación. En resumen, la cosa es buscar una excusa porque nuestra suerte está echada. Después de esperar 20 años vamos a tener la intermodal en la peor zona posible, lavándole la cara a una provisional que fue diseñada para cinco años, lleva diez y acabará siendo definitiva. Como ven, tanto remar para morir a la orilla. Digo más, volvemos al momento de bonitas infografías, planos y quizá alguna maqueta. Todo ello, para que veamos lo mono que va a quedar en la realidad virtual. ¿Les suena? Sí, es lo mismo que sucedió en el 2008 cuando se presentó el proyecto de Moreda, o en 2015 cuando se llevó al entorno del Museo del Ferrocarril. Ahora bien, seguimos sin mover ni una sola piedra. Nuestro Ayuntamiento dice que va a estudiar cuatro emplazamientos posibles, pero sólo nos mete por los ojos uno. Adivinen cuál.
@balbuenajm