Después de la reunión entre el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, y nuestra alcaldesa, Ana González, seguimos sin tener claro lo del intercambiador del Humedal. Dicho de otra forma: sabemos más bien lo que no es. No es una estación donde se puede cambiar de medio de transporte sin salir de ella, ni tampoco una parada de autobuses al uso. Representa un concepto que ha llegado de la nada. Hasta ahora, nadie había hablado de esto en la movilidad gijonesa. Los servicios de autobuses interurbanos iban a estar agrupados en la terminal intermodal, cuyo estudio informativo se publicó ayer. Al menos, eso creíamos. ¿Por qué ahora hay que crear «microcentralidades» por la ciudad, en palabras del consejero Calvo? ¿Es que acaso se teme que el transporte privado no quiera ir a Moreda al considerar que va a perder viajeros? Supuestamente, uno iba a llegar a la nueva estación y esa centralidad nos venía dada por el metrotrén. Es decir, si llego de Avilés por carretera, luego me podría bajar en la parada que se construirá en el entorno de Plaza de Europa. Sin embargo, ahora la cosa cambia y vamos a tener unas pérgolas donde hay un totum revolutum: bicis, taxis, autobuses, patinetes… Por otra parte, para el transporte urbano La Acerona ya es un intercambiador de forma natural. Allí recalan y es punto de cruce de las líneas de Gijón. Entonces, ¿esto se hace exclusivamente para el interurbano? A mí me parece que estamos pagando lo que fue un error histórico: haber abandonado y demolido la estación del Humedal en 2014. Emplazamiento donde todo el mundo estaba feliz y los trenes de cercanías vivieron su momento de esplendor. Ay, si se hubiese situado allí la intermodal. Ay, que de cosas nos hubiéramos ahorrado.
@balbuenajm