Primera. Allá cada uno con sus obsesiones. Si las mismas no le dejan vivir o las quiere imprimir en cada una de sus acciones, es cosa suya. Ahora bien, cuando estamos hablando de un personaje público -más en concreto, un político relevante- hay que saber medirlas y, por tanto, no proyectarlas con descaro. Fíjense lo que decía el secretario de libertades públicas del PP, Ignacio Astarloa, a tenor de asalto y brutal paliza que recibió en su domicilio el productor televisivo, José Luis Moreno: «Cuando uno dedica el Ministerio del Interior a volcar todos sus esfuerzos en dialogar con delincuentes (en referencia a ETA), uno hace dejación de responsabilidades para impedir que el crimen se imponga sobre la seguridad». O sea, que la política antiterrorista del Gobierno (en resumidas cuentas: la infausta negociación) tiene la culpa del robo con violencia en el chalet del padre del muñeco “Morenín”. ¡Vaya desvarío!

Segunda. Los municipios asturianos de la Comarca de la Sidra no hablan de otra cosa que de el plan propuesto desde la Fundación de Turismo. Según sus responsables, dichos concejos, a la postre, Nava, Villaviciosa, Colunga, Sariego, Bimenes y Cabranes; son perfectos destinos vacacionales para gays, lesbianas y transexuales. Bien, he de decir que repudio todos estos inventos porque se alejan totalmente de que lo debe ser el comportamiento correcto hacia la homosexualidad: la integración. No veo por qué un gay tiene que tener un destino especial al resto, o quizá beber un tipo de sidra diferente, o utilizar establecimientos (o sea, sidrerías) dedicados exclusivamente para dicho colectivo. Me parece un error y completamente absurdo. Por otra parte, que los mandamases de la susodicha fundación se estrujen un poco más las neuronas porque, la verdad, el invento es un poco rocambolesco y a todas luces innecesario.

Y tercera. No quiero dejar pasar esta oportunidad de desear una feliz Navidad a todos los amigos y amigas de “Retorcida Realidad”. De corazón, felices fiestas y gracias por su participación.