El episodio de una presunta oposición al secretario general de la Federación Socialista Asturiana (FSA) y presidente del Principado, Adrián Barbón, no solo ha sido chusco en sus formas, sino también en su resolución. El que unos individuos propalasen este bulo en un mes donde la política también está de vacaciones, no hubiera ido más allá sin la desmesurada reacción de los propios socialistas. Primero, desde la propia Comisión Ejecutiva Federal del PSOE que se apresuró a apoyar a Barbón dando pábulo a la falsedad y segundo, por las distintas agrupaciones que se fueron pronunciando una tras otra. Algunas mediante sonoros silencios de los que alguien tomará nota. Los que se llamaron «Socialistas Asturianos» no hubieran dejado de ser algo cómico y sin mayor trascendencia, si no se les hubiera encumbrado como toda una «operación para la desestabilización del partido y Gobierno de Asturias». Más en concreto, como una supuesta estrategia de la extrema derecha. Ya saben, en nuestro paraíso natural das una patada a una piedra y aparecen cuatro fascistas que es necesario combatir desde el orto al ocaso. En fin, muy débil debe sentirse la FSA si estos mentecatos le generan dudas.

Al crecimiento de este suflé del sector crítico ha contribuido (y mucho) la delegada del Gobierno, Adriana Lastra. De una representante del Ejecutivo central siempre esperamos explicaciones, mesura y coherencia. Es decir, por qué actúa, deja de actuar, hace o deshace quien dice representar en relación con Asturias. No que se meta con las homilías del obispo en Covadonga, ni tampoco que ejerza el cargo con cierto interés partidista. De hecho, se apresuró a indicar que iniciaría acciones legales como Delegación del Gobierno, porque estos críticos de pacotilla decían que se les había impedido concentrarse y manifestarse. Algo que se soluciona con un simple desmentido y punto. Es más, tuteló a los medios en cuanto a cómo tenían que tratar la información que les llega. Pregunto, ¿hubiera actuado igual si este caso le afectase a la oposición? ¿También va a tener esa contundencia ante las «fake news» que involucren a los demás? Desde luego, para ser una (no) noticia está dando para mucho. Para ser una «ópera bufa» (Lastra, dixit) está teniendo una campaña de publicidad estupenda, realizada por quienes se proclaman víctimas.

@balbuenajm