En esta ciudad somos escépticos respecto a los concursos de ideas. Entre otras cosas, porque hemos visto muchos. Si recuerdan, uno de los últimos fue para la remodelación del paseo marítimo Fomento-Poniente, durante la anterior legislatura. Ganó un proyecto llamado “Foment-On” del que nunca nada más se supo, pese a pagar 24.000 euros por el trabajo. Por tanto, que ahora se plantee uno para la Playa Verde del Rinconín, como que ni fu ni fa. Vamos, que ni calienta al personal. Máxime cuando la pobreza de algunas ocurrencias es supina. Las hay que nos ofrecen un cine al aire libre (“A barlovento”), una especie de área recreativa (“Xuntémonos”) o la más llamativa con algo que dice ser una representación del rey Pelayo (“Gulpiyuri”). En concreto, diseña un juego infantil dentro de una enorme escultura de un soldado que parece un conquistador español del siglo XVI. Por supuesto, nada que ver con el Pelayo que conocemos en la estatua de la plaza del Marqués o nuestro escudo. Quizá el único salvable sería el de “Mayanes adentro” que esboza entradas y salidas de agua de mar en sus playas interiores. Ahora bien, su coste lo hace de muy difícil ejecución (sobre 7,5 millones de euros). Desde luego, no lo va a tener fácil nuestro Ayuntamiento para el diseño final de la zona, si se tiene que guiar por los 10 proyectos presentados. Más que nada, porque, tal y como se llama uno de ellos (“Afayadizu esfamiau”), están completamente “esfamiaos” de imaginación. Carentes de alguna idea buena que se pueda aprovechar.
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@balbuenajm