Viene el Celta a El Molinón. Menos el horario, todo es de Primera. El equipo gallego conserva a una gran parte de la plantilla que estuvo en la Liga de las Estrellas. Hasta el colegiado designado pasó seis años con los mejores. En el Sporting, que sepan lo que es pisar el césped en un partido de Primera sólo están Diego Castro, Sergio Sánchez, Neru, Pina y Karanka, aunque únicamente el interior gallego estará en el tapete de El Molinón, perfectamente cuidado que hasta se podría jugar al billar.
Sobre el papel, el Sporting es el favorito, porque así lo dicta la clasificación, pero el Celta, aunque esté a nueve puntos, hay que considerarlo como uno de los gallitos de Segunda, con vitola de luchar por el ascenso, lo mismo que la Real, aunque en Anoeta haya recibido un repaso de los rojiblancos.
Creo que el partido va a ser complicado. Muy complicado. Sin embargo, es motivo de respiro observar que en el vestuario de Mareo no hay ningún tipo de confianza por el colchón que puntos que se obtuvo en estas nueve jornadas iniciales. Los jugadores rojiblancos parecen mentalizados de que hay que salir a tope desde el pitido inicial, con esa testiculina que Preciado transmite desde el primer entrenamiento de la semana y que va a tener un respaldo sensacional en una grada ilusionada, con hambre de Primera.
Paso a paso y partido a partido es el mensaje que se difunde desde Mareo, por la desconfianza que pueda provocar la experiencia sufrida en la primera temporada de Marcelino y en la pasada. Ahora hay otros mimbres de experiencia con los Gerard, Iván Hernández, Matabuena y Kike Mateo, los cuatro fichajes que juegan.
El domingo, la grada de El Molinón va a jugar su baza. Y seguro que ayudará a que los tres puntos queden en casa. Con ello se sueña.
PD.: Algo que no va en consonancia con el espectáculo es el campo. Menos el cesped, El Molinón está que da pena y dolor. Y con el dinero que dicen que van a destinar para repararlo y teniendo en cuenta los retraso, doña Paz va a hacernos una chapuza. Al tiempo.