Las instalaciones que utiliza el Sporting, tanto Mareo como El Molinón, están que se caen. La Escuela de Fútbol parece que cambiará de sitio, por lo que preocupa menos. Puede tardar tres años. Tal vez cinco. No creo que llegue a siete. La expansión de la ciudad lo demandará en su momento. Algún concejal socialista ya lo reconoce en círculos muy privados, con la intención de que no lo escuchen por Roces.
El caso de El Molinón es distinto. Se avecina una remodelación que ya lleva medio año de retraso. La inversión está fijada en 9 millones de euros. Pero no es para el campo como tal. Principalmente es para acondicionar los bajos que se destinarán a hostelería, a donde se pretende trasladar el botellón. Y una pequeña parte, a maquillar el resto de la instalación.
Con estas bases, sólo se puede esperar una chapuza. Las instalaciones se encuentran en un estado lamentable, tanto en el exterior como en el interior. Ver la fachada principal del campo desde la calle da una imagen de tristeza. Dentro, no les digo nada. Los asiduos espectadores que pagan son los que lo sufren. Las autoridades, que van invitadas a los palcos, de esto ni se enteran.
Ahora que hay tantas televisiones, El Molinón sólo está preparado para una plataforma, o sea, para una televisión. Las demás tienen que ponerse por donde puedan, en palcos o en otras tribunas, en lugares destinados a espectadores.
Desde el Sporting se mantiene una postura de silencio. Es la táctica de Vega-Arango para no tener enfrentamientos con los dirigentes del municipio, aunque sea a costa de ceder derechos. Uno fue parte de la superficie de los bajos de El Molinón a cambio de una inversión mínima en el resto, que no da para lavar la cara. Desde la Plaza Mayor se utiliza al Sporting. Y los dirigentes rojiblancos muestran una imagen de conformismo, mientras que lo sufren los aficionados
No entiendo que nadie se haya dado cuenta que la única solución de El Molinón es tirarlo y hace un campo nuevo. Si es en el mismo lugar, habría que hacerlo por fases, como se hizo en Cádiz, Málaga o Sevilla, en el caso del Betis. Y si se quiere que salga gratis, que se controle una recalificación y se haga un campo nuevo detrás del Palacio de Deportes. Un estudio está hecho, pero en el Ayuntamiento no quisieron ni verlo. ¿Por qué? Sinceramente, con los presupuestos que se barajan y la ideología que hay sobre El Molinón, no veo una solución coherente.
P.D.: Qué envidia, sana, por supuesto, disfrutar de Anoeta, del nuevo campo de Las Palmas o de Chapín. ¿Cómo lo hacen en Canarias, en San Sebastián o en Jerez? Y ya no digo el Carlos Tartiere, también conocido como Gabinum Arena. Los clubes están de dinero peor que el Sporting. ¿Se harán esta pregunta nuestros dirigentes políticos? ¿Se valora aquí la repercusión del equipo representativo de la ciudad? Y no me digan ese cuento chino de las sociedades anónimas, un invento (p.o.) del CSD de la época de Gómez Navarro.