El domingo toca Mateu Lahoz en El Molinón. El valenciano es uno de tantos árbitros mediocres que pululan por el fútbol español, a los que el señor Suárez Braña, el príncipe de las peñas sportinguistas, llama ‘un mal necesario’. Pues bien que los premia cada año, aunque no lo haga ocn los mejores. Es cuestión de criterios.
El Sporting tiene cierta fortuna con el señor Mateu, ya que sólo perdió un partido de los nueve que lo dirigió. Pero eso no le da categoría. El valenciano la pierde en el campo o ni siquiera la lleva, porque no la tiene. En la campaña pasada, en Los Pajaritos, no señaló un penalti a Gerardo. Hubo otro que pareció, pero que no fue. En la segunda vuelta volvió a tocarle el mismo partido, pero en El Molinón. Y en uno de los primeros momentos del encuentro, cuando se cruzó con Gerardo, le preguntó que si iba a tirarse en el área del Numancia, como había hecho en Soria. El llanisco, ahora en el Poli Ejido, no se acordaba de que había sido el mismo colegiado de Los Pajaritos. En cambio, Mateu sí recordaba su equivocación transformada en veredicto acertado por su propia conciencia. Para que luego quieran convencerme de que los caballeros del silbato no van con premeditación a un partido. Es posible, pero no todos. Valga este simple detalle.
Esta temporada, también estuvo en Los Pajaritos, donde el Sporting ganó con dos goles de Barral. Llegaron en el segundo tiempo. Pudo haberse aclarado el partido con anterioridad, pero hubo un penalti a Barral, de esos que son clamorosos, que Mateu transformó en amonestación por tirarse. Apelación quitaría la razón al árbitro cuatro días más tarde. En el mismo partido, el valenciano estaba más pendiente de los movimientos de Preciado en el banquillo que del desarrollo del juego. ¿Son consignas del profesorado?
El Málaga es un rival de cuidado, que será en el que habrá que fijarse. A Mateu es mejor dejarle que campee a sus anchas, sin darle motivos para que lleve la mano al bolsillo. Con las tarjetas es uno de los más rápidos de la Liga. Lo positivo es saberlo. Y que Barral tenga mucho cuidado, que seguro que se acordará del penalti de Soria. La memoria no le falla. La vista, sí.